(((CELULARES CON CAMARITA ... NO! ...
COMPROBÁ EL RESULTADO VIENDO ESTA FOTO ... no hagan esto en sus casas)))
DISEÑO: TRIMARCHI
Rediseñando la ciudad feliz
El Sí! viajó a Mar del Plata para presenciar el evento anual de los diseñadores gráficos.
Txt. Gonzalo Chaves. El fin de semana pasado, el alguna vez ricotero Polideportivo de Mar del Plata se vio invadido por gorritas (atentos: se vienen con los rombos típicos de zoquetes y pulóveres), anteojos de todo tipo, looks darkies, skaters, y algún que otro happening inesperado entre la gente que esperaba durantes los breaks. La excusa fue la cuarta edición del Trimarchi, un evento de diseño gráfico organizado por dos de los tres integrantes del estudio de diseño gráfico del mismo nombre.
El ambiente top (bien Palermo gordi), plagado de peinados a base de cera y las poses más trushed, se desmoronaba instantáneamente cuando salía algún conferencista. En ese momento, el costado más fana-paparazzi brotaba y muchos se alborotaban y abalanzaban para la fotito con su ídolo.Mientras los flashes iluminaban los pasillos del Polideportivo, algunos otros miraban de reojo desacreditando semejante actitud. Pero un ratito más tarde, durante las charlas, no aguantaban y aplaudían hasta quemarse las palmas ante cualquier situación. ¿De dónde sale este ambiente de fanatismo casi futbolero?"Nosotros somos músicos además, así que planteamos todo como una banda. Tal vez se infiltró eso en la organización del evento", cuentan Pablo Gonzales Díaz y Sebastián Valdibia, los organizadores.El dúo que lookea bien skater y lleva una actitud demasiado relajada para ser empresarios (¿será por eso que pocos creen que son ellos los organizadores?), en el 2001 se jugó a hacer un congreso de diseño con una meta: zafar de viajar a todos lados cada vez que quería ver a alguien grosso del diseño. La movida les salió bien, el primer año lo hicieron en un salón para 400 personas y este año se calcularon 4000, incluida gente de todas partes del mundo.
El último evento Trimarchi, rotulado por los especialistas como uno de los más grandes del mundo, se podría comparar a un cóctel batido a base de mucha estética, una medida de fanatismo y otra de figuras destacadas del diseño aplaudidas constantemente.Y el trago se vende porque a los organizadores "les da un alivio económico" y les permite complacer algunos de sus caprichitos. "Stefan Sagmeister (diseñador, entre otras cosas, del disco de los Stones, Bridges to Babylon y Set the Twilight Reeling, de Lou Reed) fue un puro capricho, tuvimos que pagarle un caché tremendo pero no importaba... había que verlo en vivo".
